Quizá muchos de vosotros hayáis estado ya; si no fuera así, os dejo mis comentarios sobre los lugares que conocí y que por supuesto os recomiendo.
He de empezar
diciendo que tuvimos mucha suerte con el tiempo y durante los cuatro días, el rey sol
nos acompañó desde la mañana hasta el anochecer. Algo que agradecieron también
sus ciudadanos, luciendo bikinis y trajes de baño en sus maravillosos
y verdes parques.
Nos alojamos
en un apartamento que reservamos a través de una conocida web internacional y
quedamos bastante contentos con la localización y su espacio. En concreto se
ubicaba en el barrio de Verstrrebo, muy cerca del Meatpacking District y del Tycho
Brahe Planetarium.
Nos han
encantado como decía sus parques frondosos y floridos como por ejemplo el que rodea al
coqueto y pequeño Castillo de Rosenborg, así como el paseo a la ribera de los encantadores canales salpicados de terrazas sobre el agua. Qué gusto es
no escuchar apenas tráfico y ver ese continuo trasiego de bicicletas...
Disfrutamos del aperitivo en el Mercado de Torvehallerne, algo parecido al
castizo Mercado de San Miguel, con miles de puestos donde degustar platos
típicos o simplemente delicias gourmet.
Gracias al
alquiler de bicicletas pudimos llegar al palacio de Amelianborg y pedaleando tranquilamente, alcanzar a contemplar cómo la gente trepaba pese a la
prohibición, alrededor de La Sirenita. Qué pena... . Uno de los paseos más agradables es la
vista desde la orilla opuesta de la nueva ópera de Copenhague, inaugurado en
2005. Se trata de un espacio moderno pero que se integra de manera armoniosa
entre las viviendas y naves que le rodean. De paso os comento que justo al lado, dentro
de una de esas naves hay varias caravanas de aire retro que preparan y venden
comida y bebida muy rica. Lo mejor de
todo, es que puedes disfrutar de las hamacas al aire libre mientras degustas tu
pedido y contemplas a los cisnes o patos que por allí nadan.
Os describo
dos de los sitios que reservé para cenar y que me parecieron brillantes.
Formel B, (Vesterbrogade 182) un restaurante con una estrella Michelin pero con una
carta sencilla y un ambiente muy agradable y donde cenamos fenomenal. Mereció
mucho la pena.
Kødbyens
Fiskebar, www.fiskebaren.dk
(Flæsketorvet
100), ubicado en el Meatpacking district, una zona donde se encontraban los
almacenes cárnicos de los años 30 y que se han visto reconvertidas en galerías,
clubs, bares y restaurantes (ver foto arriba). Nos encantó el ambiente y la cantidad de gente que
allí había.
En concreto este restaurante centraba su carta en el pescado, con
especial atención en las ostras. He de decir que bastante caras para lo que
estamos acostumbrados los españoles… 1 ostra, 7euros… Ejem… . A pesar de ello,
nos fascinó el restaurante, su estudiada decoración, la escasa iluminación y el
ambiente informal pero cool. Jajaja!. Os lo recomiendo y si además llegáis en
bici, se vuelve una experiencia inolvidable.
Kys endnu sødere