Como fue un viaje de trabajo, no pude hacer mucho turismo pero he de decir también que Tallinn necesita poco tiempo para conocer a fondo la ciudad. La Old Town es muy bonita y parece el decorado de un cuento de Andersen con sus bares y restaurantes ambientados a tono con los edificios de la época. Fuera de la Old Town, Tallinn es como cualquier ciudad europea aunque con ciertos vestigios de la época soviética.
Uno de los sitios que más fotografié fue un bar-restaurante cerca del puerto, llamado Klaus, lleno de encanto y diseño nórdico; tiene galería y tienda propia donde puedes encontrar muebles y objetos de diseño muy, muy puntero. No pude evitar felicitar a la gente que lo llevaba…
Y de vuelta a Madrid, me he acercado a la Fundación Juan March a ver la exposición La Isla del Tesoro. Se trata de una retrospectiva de de arte británico, que abarca desde artistas como Holbein hasta los polémicos hermanos Gilbert & George. Hay obras muy relevantes aunque como siempre ocurre con estas exposiciones, el tirón de la muestra son artistas con apenas una pieza o dos presentes. Quizá la más interesante pero por espectacular y grandiosa sea la escultura de Tony Cragg en la planta -1. Ah, si podéis, id a ver la expo entre semana; los sábados hay demasiado público que o habla demasiado alto o con su móvil sin parar de sonar.
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